viernes, 17 de octubre de 2008

Y ¿ahora qué?...(parte 4)

Tabatha no supo qué hacer, se quedó mirando un rato a Marcos y quería salir corriendo de ahí directo a su habitación, pero mejor decidío absorver un poco de esa atmósfera de paz y contemplación en la que estaba sumido su acompañante, tranquilamente se tumbó en un camastro y se puso a ver el paisaje, sin decir nada... se podría decir que hasta su respiración iba al mismo ritmo...
Él fue el primero en romper el silencio... - ¿y cómo es que alguien cómo tú anda con el Lic. Arreguín, o sea mi señor padre?
- Uy Lic. Arreguín, no s enota mucha familiaridad para ser tu padre... no, no ando con él
- ¿entonces?
- dama de compañía... esa es tu explicación...
Ella se levantó del camastro dejando ahí a Marcos quién la siguió con la mirada hasta que se perdió dentro de la casa. Aunque se alejo sintió que su corazón le latió a mil y hasta una lagrima quiso salir de su ojo, pero ella no se permitió llorar, jamás.
La vida de Tabatha no había sido fácil, pero ella siempre decía que su vida tampoco era la más difícil simplemente fue lo que le toco... era una de las chicas más solicitadas por varios señores poderosos... compañía, pasar un buen rato o simplemente como adorno en una fiesta ostentosa... la llenaban de joyas, regalos, no se podía quejar siempre le daban lo mejor, siempre le daban lo que quería... por eso era de las favoritas... desde que inicio, su ambición fue ser la mejor, o al menos vivir bien, pero ahora ya no estaba tan segura de tales ambiciones, ya era una muñeca codiciada y consentida como alguna ves lo fue su misma tía... ya había cumplido lo que había querido y ¿ahora qué?...

lunes, 13 de octubre de 2008

Solo así... (parte 3)


Tabatha estaba encantada con ese lugar, no salía mucho a la playa pero la vista que había en la terraza le facinaba y se daba gusto nadando en la alberca. Al día siguiente se levanto temprano para ver el amanecer, desayunó con Armando Arreguín (su cliente), después de desayunar ella se quedó en casa y él se fue a sus compromisos, prometiendo volver en la noche, había una fiesta de negocios a donde la quería llevar, ella prometío estar casi lista.

Tabatha volvió a la terraza y se llevó un gran sobresalto... Marcos estaba ahí en la terraza y era lo que menos esperaba...

- ¡Me asustaste!

- disculpa no fue mi intención... que linda vista ¿no?

Marcos estaba sentado en la silla que minutos antes ocupara ella. Se veía magnífico todo desde ahí y él estaba casi angelical con el sol sobre sí, estaba serio, clavado en el horizonte, casi ni parpadeaba y ella observandolo, ya no tenía mas esa imagen de chico arrogante, ahora era mas bien alguien tierno, parecía no estar del todo bien... su corazón no estaba del todo bien. Ella no sabía que hacer o decir o sentir... solo lo observaba y sabía que algo pasaba... nunca había estado tan atenta mirando a un hombre... nunca alguien había hecho latir a su corazón sin decir una sola palabra, sin una mirada... solo así

miércoles, 8 de octubre de 2008

Un extraño... (parte 2)


Marcos sabía que no podría huír de los problemas ni aún estando en otro país, acaba de regresar de Inglaterra, sin duda lo había pasado bien, pero se sentía saturado, desde hacía tiempo no lograba sentirse del todo a gusto... en paz. No le avisó a nadie que vendría, quería llegar, estar primero solo consigo mismo, descansar, cualquien lugar sería fácil que lo encontraran, pero en la casa de playa que su padre tenía ahí nadie lo buscaría, a esa casa rara vez iba, siempre había dudado acerca del por qué compraron y decoraron esa casa tan cuidadosamente, en fin, ese era el lugar perfecto, además se llevaba perfectamente con quienes cuidaban de la casa, lo conocían muy bien pues él desde que fue creciendo era asiduo visitante de ese lugar, le guardarían el secreto un par de días hasta que estuviera listo para llamar a mamá y avisarle de su regreso a México.

Bajó del taxi miró la casa, acomodó sus maletas y entró a la casa, pero se dió cuenta de que en realidad no todo estaba como lo había planeado, la casa estaba ocupada, que raro, nadie solía ir ahí y jamás la venderían de eso estaba seguro... aún no había visto a los encargados de cuidar la casa, seguramente estarían ocupados por ahí, revisó todo y efectivamente la casa no estaba sola lo notó sobre todo en la cocina, sintió algo de enojo por ver frustrados sus planes, pero estaba cansado para pensar en algo más, ya mañana buscaría la solución y también estaba intrigado, siguió buscando y vio la puerta de la terraza abierta, se asomó y vió a Tabatha... supo que era cuestión de su padre y sintió enojo, pero no por comprobar la infidelidad de su padre en el fondo era como un secreto a voces siempre lo había sido y lo sabía, pero sus padres eran de esa clase de matrimonios que solo permenecen unidos por "el que dirán" su enojo fue mas bien por otra cosa, pero no supo la explicación.
La chica estaba ahí, tan tranquila, nadando, y cuando volteó y lo vió ahí parado se sobresaltó un poco pero finalmente le sonrió y preguntó
- Y tú quién eres?
- lo mismo pregunto - ante esto ella sonrió ironicamente pero divertida y contesto -
- soy Tabatha, me invitó Arreguín, y tú eres?
- Marcos Arreguín, hijo de tu anfitrión... sigue en la piscina iré a mi alcoba, supongo que ustedes tienen la principal.
Él se dió la vuelta y se fué, ella se quedó desconsertada, siguió con su pose de desinterés, pero todo menos indiferencia causó en ella Marcos, y bueno, él quiso simular enojo, pero en realidad sintió haber visto a la mujer mas linda que había conocido... y eso... estaba mal.

martes, 7 de octubre de 2008

TABATHA... (parte 1)


Tabatha entró a la casa de playa, miraba hacía todos lados, la decoración era impecable y de muy buen gusto, se podría pasar un buen día de tranquilidad en ese lugar, la vista era maravillosa y la colonia muy exclusiva, sin embargo, sin lugar a dudas lo que robó su atención de inmediato fue la alberca del lugar, con una maravillosa y enorme terraza de la cuál podía ver el mar, la ciudad, los cerros... parecía paisaje de postal. No podía creer que estuviera en un lugar como ese, no era la mejor de las situaciones o la que completaba su sueño, pero qué se le podía hacer. Su acompañante la invitó a que se intalara, él se arreglo y se despidió, tenía muchos compromisos que cumplir, estaba ahí más por asuntos de trabajo que por diversión, y por qué estaba ella ahí... pues ni ella misma se podría responder esa pregunta, solo pensaba que ese hombre era bastante extraño... inofensivo, pero extraño al fin y al cabo, sabe Dios todo lo que uno cambia con la edad, por lo pronto ella iba a disfrutar de esas vacaciones, se instaló, se puso su traje de baño y se fue a sin pensarlo dos veces a la terraza.
Era increible ese lugar, todo era casi perfecto, y ella estaba ahí disfrutando lo que otra mujer había preparado, quizás pensando en sí misma... no le gustaba mucho ser complice de infidelidades, pero a veces uno tiene que ser frío, trataba de no pensar, y cuando pensaba mejor se distraía en otras cosas mejores para ella, tal vez sería bueno recordar los sueños que de repente solía olvidar... ultimamente soñaba mucho pero de repente sentía que no servía de mucho. De repente se sentía mal, quién debería estar en ese lugar con el Lic. Arreguín era su esposa, pero en fin.... hombres.
Tabatha recorrió con la vista todo su alrededor y se tiró a la alberca sin pensarlo más...