Cerró la puerta de su habitación después de entrar, se quedó un rato recargada en ella y respiro profundamente, no podía negar que le encantaría que él la hubiera seguido, pero a fin de cuentas eso no paso, así estaba mejor... desde hacía tiempo que no sentía nervio alguno al estar frente a un hombre, conversadora audaz y de mirada inquebrantable, algo raro estaba pasando.
Abrió la cortina de su habitación y se recostó en la cama, mil pensamientos pasaron por su cabeza pero finalmente todos estos pensamientos desembocaron en uno solo…
Por lo regular solía mantenerse al margen de los sentimientos, nunca se involucraba de más con sus clientes, la frialdad la distinguía en ese aspecto, pues según el consejo de su tía “en este oficio un corazón roto es mas molesto de lo normal y no cualquiera se merece el privilegio de entrar en tu corazón”, siempre había seguido ese consejo al pie de la letra y se sentía invencible, pero ahora todo parecía ser una cortina de humo tan delgada que empezaba a desvanecerse ahora se sentía vulnerable, vulnerable a unos ojos lindos y una sonrisa amiga… todo indicaba que era frágil ante él…
Alguien tocando a su puerta la sacó de su estupor…
Abrió la cortina de su habitación y se recostó en la cama, mil pensamientos pasaron por su cabeza pero finalmente todos estos pensamientos desembocaron en uno solo…
Por lo regular solía mantenerse al margen de los sentimientos, nunca se involucraba de más con sus clientes, la frialdad la distinguía en ese aspecto, pues según el consejo de su tía “en este oficio un corazón roto es mas molesto de lo normal y no cualquiera se merece el privilegio de entrar en tu corazón”, siempre había seguido ese consejo al pie de la letra y se sentía invencible, pero ahora todo parecía ser una cortina de humo tan delgada que empezaba a desvanecerse ahora se sentía vulnerable, vulnerable a unos ojos lindos y una sonrisa amiga… todo indicaba que era frágil ante él…
Alguien tocando a su puerta la sacó de su estupor…
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